Nota de Susana Merlo en Revista Chacra – Agosto 2024
 Siete meses tal vez es poco tiempo para un nuevo Gobierno. Seguramente es escaso si se llegĂł en forma tan inesperada, como rápida, lo que no permitiĂł asumir con un equipo consolidado, aunque sea mĂnimo, como para enfrentar semejante funciĂłn.
PodrĂa ser comprensible, aunque dejĂł en evidencia que el área de Agricultura, y lo que conlleva semejante cadena, prácticamente no existĂa en el radar del nuevo Poder Ejecutivo en aquel momento . No era una prioridad.
Fue un error y es lo que dio lugar a la entrada de Fernando Vilella al Gobierno. Es que un acadĂ©mico, jubilado de la universidad pĂşblica, un teĂłrico de las ciencias agrarias, probablemente se ubica exactamente en las antĂpodas de un “libertario”, joven, pragmático de empresas como es el actual presidente de los argentinos, y mucho más lejos aĂşn, de las necesidades del Gobierno que prometĂa transformar. Directamente se desconocĂan. No tenĂan puntos de contacto.
Pero el ahora ex funcionario tambiĂ©n estuvo lejos de la cadena agroindustrial, y siete meses, en este caso, es demasiado tiempo para un sector que viene muy golpeado, desde adentro, y desde afuera del paĂs. Más de un semestre de demora para un campo que arrastraba 3 años de una sequĂa creciente que terminĂł costando más de U$S 20.000 millones solo en exportaciones el año pasado, no lo permitĂan. No permitĂan esperar, y mucho menos habĂa tiempo para enseñar.
Y los costos de esa demora en corregir se verán en los resultados de este 24/25.
Pero finalmente se cambiaron los nombres, tanto del titular de la cartera, que ahora es Sergio Iraesta, como del área en cuestiĂłn que asĂ recuperĂł su histĂłrico “Agricultura, GanaderĂa y Pesca” de 1888 (y como se identifica a esa cartera en todo el mundo), tras pasar por un brevĂsimo “BioeconomĂa” que pocos usaron, y que solo quedĂł en la papelerĂa oficial, como si cambiar los tĂtulos modificara los contenidos o pensamientos. Fue poner el carro delante del caballo.
TambiĂ©n hubo otros cambios que, tal vez (y solo, tal vez) permitan recuperar al menos parte del tiempo perdido. El nuevo Secretario de Estado es abogado, profesiĂłn infrecuente en esa área; y tambiĂ©n empresario de campo, casi tan poco habitual como la anterior. Es, a su vez, cercano, por varias razones, a otros funcionarios, incluyendo a su jefe inmediato, el Ministro de EconomĂa, Luis Caputo, que asĂ va completando un equipo más o menos consistente en su área. Lo verdaderamente inĂ©dito, sin embargo, es que Iraeta, hasta ahora, además de su muy bajo perfil, es considerado un hombre exitoso.
Y eso es lo que le va a hacer falta. No para lograr remover las retenciones (que no dependen de Ă©l) como más de uno espera que suceda en forma “casi inmediata”, pero si para “incluir” nuevamente a Agricultura en las reuniones de Gabinete, en una serie de temas clave para el sector, que van desde la prĂłxima licitaciĂłn de la HidrovĂa, hasta la rápida rehabilitaciĂłn de algunos ramales fĂ©rreos cruciales para abaratar los costos de transporte. Deberá negociar con NaciĂłn y provincias por obras trascendentes, para el tráfico, el riego, la obtenciĂłn de energĂa para aumentar el procesamiento en zona de los productos.
Y que decir del Congreso donde los pendientes se siguen acumulando…
Agricultura deberá mandar proyectos de ley, como el de semillas; participar de temas estratĂ©gicos como la financiaciĂłn para pymes (más del 80% de las agropecuarias), y los cambios en polĂtica laboral e impositiva que afectan a esta cadena; y muy especialmente, propiciar la derogaciĂłn de una serie de leyes inaplicables, como la Ley del Fuego, o la mal llamada de “ExtranjerizaciĂłn” de la tierra, entre otras varias.
Terminar de limpiar trabas de gestión, acelerar la apertura de la importación de las vacunas antiaftosa (para abaratarlas) antes del nuevo turno de octubre, y una serie de cuestiones operativas que siguen en espera, incluyendo la revisión de la “frodosa” planta de personal en la sede de Paseo Colón y en los descentralizados, que se fueron superponiendo, como capas, a lo largo de las últimas dos décadas.
Sin duda, para entretenerse, si es que realmente quiere gestionar. Caso contrario, resultará lo mismo que sus antecesores.