El Diario de...

Susana Merlo

Una mirada distinta de la Agroindustria

Por Susana Merlo (especial para Revista Chacra/diciembre)

El mayor especialista en ganadería vacuna de la Argentina, el economista  Ignacio Iriarte, tiene un frase que ya es célebre: La ganadería argentina tiene un gran futuro….!Lástima que siempre sea futuro…¡”.

 Y a la luz de lo que se ve, parece que tiene razón. ¿O se puede esperar otra cosa a partir de ahora?

Analizando datos objetivos, Argentina nunca llegó a recuperar totalmente los más de 11 millones de cabezas que perdió (por liquidación) entre 2010-2012.

Tampoco se aumentó significativamente la productividad y, la cereza del postre fueron los 3-4 ciclos consecutivos de sequía e incendios en amplias zonas ganaderas del país, especialmente de cría. Este cóctel explosivo determinó, entre otras cuestiones, que el déficit estructural de terneros de unas 400.000 animales /año ascendiera en este última temporada a 700-750.000 cabezas según algunos.

Pues bien, de donde resulta entonces el”récord” de exportaciones de carne vacuna del que algunos alardean?, simplemente de la fuerte caída del consumo interno que se fue dando por una conjunción de salud, moda y, finalmente, por la fuerte pérdida del poder de compra del consumo local, que llevó a “rozar” los 40 kilos/habitante/año, nivel impensable hace unas décadas atrás.

Obvio que la seca también tuvo bastante que ver, igual que la demanda china por vacas (y los precios que se pagaban por esa categoría), lo que determinó la “salida” de cantidad de hembras con participaciones en la faena superiores al 45% durante los dos últimos años.

Todo esto explica que la exportación de carne vacuna se elevara de un promedio  de la producción anual de carne vacuna de 15%-17% hasta no hace muchos años atrás, hasta el 33% en la actualidad; mientras que el consumo interno bajó  de más de 75% a apenas un 40%.

De retención, ¡ni hablar¡, y de crecimiento genuino menos aún. Hasta aquí solo desplazamiento del mercado interno al internacional.

Pero el punto central es hoy todos los eslabones de la cadena están mal, y con precios no remunerativos por excesos impositivos, tipo de cambio no acorde, y mercados (local e internacional) que estuvieron muy flojos…, al menos hasta ahora.

Según datos de la Sociedad Rural de fines de noviembre, “entre diciembre de 2023 y octubre de 2024, el precio de la hacienda aumentó, en promedio, 41%, y el de la carne al consumidor 59%, mientras que el IPC (Indice de Precios al Consumidor) registró un incremento de 107%. Este comportamiento se profundizó más en octubre, cuando los valores de la hacienda mostraron una evolución negativa: el novillo de consumo cayó 0,6% y el ternero de cría  5,6%”. Para la Rural  “el precio actual de la hacienda en pie se encuentra18% por debajo del promedio de los últimos quince años, en términos reales”.

La pregunta es: ¿esto puede cambiar?, ¿porque?.

1º Porque cambio el clima. Octubre dejó lluvias y temperatura = rápida recuperación de pasturas y campos naturales = engordes/kilos baratos y, por lo tanto, menor oferta.

2º Porque en diciembre hay aguinaldos, Fiestas de Fin de Año y vacaciones, que siempre afirman un poco la demanda interna

3º Porque comenzó a recuperarse en forma adelantada, el mercado internacional, pues China y EE.UU. están comprando más, y además, el gran exportador hoy: Brasil, registró una marcada caída en su oferta.

La expectativa, sin embargo, es que la verdadera suba se registre recién en febrero- marzo, cuando China vuelve fuerte al mercado tras el Año Nuevo asiático, y también se haya consolidado más la recuperación paulatina de los salarios si la inflación continúa bajando.

Pero esto ya es futurólogía. Lo concreto es que Argentina no creció. Al contrario, se achicó y los mercados internacionales, si no surge algo que los altere, parecen querer recuperar al menos parte de la firmeza que tuvieron en el 2022.

Ahí recién se verá entonces, si en Argentina prima el esquema de los gobiernos anteriores de la ¨sabana corta”, o de la “mesa de los argentinos”, o el futuro finalmente se transforma en presente para la ganadería vacuna.

 

 

 

Compartir: